Domingo XVIII del tiempo ordinario

Misa del 1 de agosto de 2021

» Yo soy el pan de vida«

Papa Francisco: Jesús  ha venido a abrir nuestra existencia a un horizonte más amplio respecto a las preocupaciones  cotidianas  aI nutrirse, del vestirse, de la carrera, etc. Por eso, exclama: «Vosotros me buscáis, no porque habéis visto se­ñales, sino porque comisteis pan hasta saciaros».   i La multiplicación de los panes y de los peces es un signo del gran don que el Padre ha hecho a la humanidad: _es Jesus mismo! Él, verdadero «pan de la vida», quiere saciar no solamente los cuerpos sino tam­ bién  las almas.  Por esto invita a la multitud a procurarse la comida que permanece para la vida eterna: un alimento que Jesús nos da cada día: su Palabra, su Cuerpo, su Sangre. La multitud le pregunta: «¿Qué tenemos que hacer para realizar  las obras de Dios?». Pien­ san que él les pide cumplir los preceptos para obtener otros milagros como el de la mul­ tiplicación de los panes.  Es la tentación de reducir la religión a la práctica de las leyes: qué acciones deben hacer para contentar a Dios. Pero Jesús da una respuesta inesperada: «La obra  de Dios es esta:  que creáis en el que el Padre ha enviado». Estas palabras están di­ rigidas,  hoy, también a nosotros: la obra de Dios no consiste tanto  en el «hacer» cosas, sino en el «creer» en el que él ha enviado. Esto significa que la fe en Jesus nos permite cumplir las obras de Dios.  Si nos dejamos implicar en esta relación de amor y de confianza con Jesús seremos capaces de realizar buenas obras con perfume de Evangelio,  por el bien y las necesidades de los hermanos. El Señor  nos invita a no olvidar que, si es necesario preocuparse por el pan, todavía más importante es cultivar la relación con él, reforzar nuestra fe en él, que es el «pan de la vida», venido para saciar nuestra hambre de verdad, nuestra hambre de justicia,  nuestra hambre de amor {5-8-2018). PAPA FRANCISCO