Misa 13 de diciembre 2020

Homilía III Tercer Domingo de Adviento
El tercer domingo, también llamado “gaudete” añadiremos la rosa, que significa alegría, ¡regocíjate, alégrate!, el Señor está cerca.

Yo soy la voz que grita en el desierto

 En  este tercer  domingo de Adviento,  llamado «domingo de la alegría», la  liturgia nos invita a entender el espíritu con el que tiene  lugar todo  esto, es decir, precisamente, la  alegría. San Pablo nos invita  preparar la venida del Señor asumiendo tres actitudes: la alegría constante, la oración perseverante; y el continuo agradecimiento. l. La primera actitud, ale­ gría constante: «Estad siempre alegres» dice san Pablo.  Es decir, permanecer siem­pre en la alegría, incluso cuando las cosas no van según nuestros deseos; pero está esa alegría profunda que es la paz. 2. La alegría que caracteriza la espera del Me­ sías se basa en la oración perseverante: esta es la segunda actitud. San Pablo dice: «Orad constantemente». Por medio de la oración podemos entrar en una relación estable con Dios, que es la fuente  de la verdadera alegría. La alegría del cristiano no se compra, no se puede comprar; viene de la fe y del  encuentro con Jesucristo, razón de nuestra felicidad. 3. La tercera actitud indicada por Pablo es el continuo agradecimiento, es decir, un amor agradecido con Dios. Él,  de hecho, es muy ge­ neroso con nosotros y nosotros estamos invitados a reconocer siempre sus bene­ ficios, su amor misericordioso, su paciencia y bondad, viviendo así en un incesante agradecimiento PAPA FRANCISCO (17-12-2017).