Misa 3 enero de 2021

Homilía II, Santísimo Nombre de Jesús

Para que comprendáis cuál es la esperanza a la que os llama

El Verbo – es decir, la palabra creadora de Dios – se hace carne y viene a habitar en medio de nosotros (Juan  1,14). Aquella Palabra, que habita en el cielo, o sea, en la dimensión de Dios, viene a la tierra para que nosotros escuchemos y podamos conocer y tocar con la mano del amor del Padre. El Verbo de Dios es el mismo Hijo Unigénito suyo, hecho hombre, lleno de amor y de fidelidad, es el mismo Jesús. El Evangelista no oculta la dramaticidad de la Encarnación del Hijo de Dios, subrayando que al don del amor de Dios se responde con el rechazo por parte de los hombres. El Verbo es la luz y sin embargo los hombres han preferido las tinieblas. El Verbo viene a su casa, pero los suyos no lo recibieron. Han cerrado la puerta ante la cara del Hijo de Dios. Es el misterio del mal que toma posesión de nuestra vida y que requiere nuestra vigilancia y atención para que no predomine. El libro del Génesis ofrece una bella frase que nos hace entender esto: “acecha a nuestra puerta “¡Ay de nosotros si lo dejamos entrar, porque desde dentro de nosotros cerraría nuestra puerta a todos los demás ¡Nosotros estamos llamados a abrir de par en par la puerta de nuestro corazón a la palabra de Dios, a Jesús, para llegar a ser así hijos de Dios ( 3-1- 2016 ) PAPA FRANCISCO