Misa 5 de julio 2020

Homilía XIV Domingo del tiempo ordinario

  Venid a mi todos los que estáis cansados y agobiados , yo os aliviaré

Jesús dice: «Venid a mí todos los que estáis cansados y agobiados y yo os aliviaré». Se dirige a «todos» los que están cansados y oprimidos por la vida. Sabe que muchas cosas cansan al corazón: desilusiones y heridas del pasado, pesos que hay que cargar e injusticias que hay que soportar en el presente, incertidumbres y preocupaciones por el futuro. La primera palabra de Jesús es una invitación a moverse y reaccionar: «venid».   Pero salir solo no basta, es necesario saber adónde ir. Muchas metas son ilusorias: prometen descanso y distraen solo un poco, aseguran paz y dan diversión dejando luego en la soledad de antes, son «fuegos artificiales». Jesús indica adónde ir: «Venid a mí». Muchas veces, ante un peso de la vida o una situación que nos duele, intentamos hablar con alguien que nos escuche. No nos olvidemos de abrirnos a Él y contarle la vida, enco­ mendarle personas y situaciones. Quizá hay «zonas» de nuestra vida que nunca le hemos abierto a Él y que han permanecido oscuras, porque no han visto nunca la luz del Señor. Hoy Él dice a cada uno: «¡Ánimo, no te rindas ante los pesos de la vida, no te cierres ante los miedos y los pecados, sino ven a  mí!». Él nos espera, nos espera siempre, no para resolvernos mágicamente los problemas, sino para hacernos fuertes en nuestros problemas. Jesús no nos quita los pesos de la vida, sino la angustia del co­ razón; no nos quita la cruz, sino que la lleva con nosotros. Y con Él cada peso se hace ligero, porque Él es el descanso que buscamos. Cuando en la vida entra Jesús, llega la paz, la que permanece en las pruebas, en los sufrimientos. Vayamos  a Jesús, démosle nuestro tiempo, encontrémosle cada día en la oración, en un diálogo confiado y per­ sonal; familiaricémonos con su Palabra: nos sentiremos amados y consolados por Él. No olvidemos encontrar el verdadero descanso en el Señor. Que nos ayude en esto la Virgen María, nuestra Madre, que siempre cuida de nosotros cuando estamos cansa­ dos y oprimidos y nos acompaña a Jesús (9-72017}. PAPA FRANCISCO