Misa 23 de agosto 2020

Homilía XXI Domingo del tiempo ordinario

Tú eres el Mesías, el Hijo de Dios vivo

«Y vosotros, ¿quién decís que soy yo?». La respuesta proviene del corazón de Simón Pedro: «Tú eres el Cristo, el Hijo de Dios vivo». Quizá él no había estudiado  en la escuela, y es capaz de decir estas palabras ¡ más fuertes que él! Pero están inspiradas por el Padre celeste,  el cual revela al primero de los Doce la verdadera  identidad de Jesús: Él es el Mesías, el Hijo enviado por Dios para salvar a la humanidad. Y de esta respuesta,  Jesús entiende  que, gracias a la fe dada por el Padre, hay un fundamento sólido sobre el cual puede construir  su comu­nidad, su Iglesia. Por eso dice a Simón: «Tú eres Pedro, y sobre esta  piedra edificaré mi Iglesia». También con nosotros, hoy, Jesús quiere continuar construyendo su Iglesia, esta  casa con fundamento sólido,  pero  donde  no faltan  las grietas,  y que continua­  mente  necesita  ser reparada. Siempre.  Nosotros ciertamente  no nos sentimos rocas, sino solo pequeñas piedras. Aun así, ninguna pequeña piedra es inútil, es más, en las manos de Jesús la piedra más pequeña se convierte  en preciosa, porque  Él la recoge, la mira con gran ternura,  la trabaja con su Espíritu, y la coloca en el lugar justo,  que Él desde siempre ha  pensado y donde puede ser más útil  a toda  la construcción {27-8-2017). Por intercesión  de santa Rosa de Lima, cuya memoria  celebramos hoy, pidamosa la Virgen María que aun en medio  de las dificultades  y oscuridades de la vida man­ tengamos encendida la luz de la esperanza, la certeza de que Dios es nuestro Padre y nunca nos abandona. Que el Señor os bendiga (23-8-2017). PAPA FRANCISCO