Misa 3 de abril 2021

Vigilia Pascual. Sábado Santo

¿Buscáis a Jesús? No está aquí. Ha resucitado

Papa Francisco: El  Evangelio de Juan  nos presenta a María al  pie de la cruz:  el dolor por la muerte del Hijo. Lo primero que señala el evangelista es que María está «firmemente de pie» junto a su Hijo. No es un modo liviano de estar, tampoco evasivo y menos aún pusilánime.   Es con firmeza, «clavada»  al pie de la cruz, expresando con la  postura de su cuerpo que nada ni  nadie podría moverla de ese lugar. María se muestra en primer lugar así: al lado de los que sufren, de aquellos de los que todo el mundo huye, incluso de los que son enjuiciados, condenados por todos, deportados. No se trata solo de que sean oprimidos  o explotados,  sino de estar directa­ mente «fuera del sistema», al  margen de la sociedad.  Con ellos está también la  Madre, clavada junto a esa cruz de la incomprensión  y del sufrimiento. También María nos muestra un modo de estar al lado de estas realidades; no es ir de paseo ni hacer una breve vi­ sita, ni tampoco es «turismo solidario». Se trata de que quienes padecen  una realidad de dolor nos sientan  a su lado y de su lado, de modo firme, estable; todos los descartados de la sociedad  pueden  hacer experiencia  de esta Madre delicadamente cercana, porque en el que sufre siguen abiertas las llagas  de su Hijo Jesús.   Ella  lo aprendió   al pie de la cruz. También  nosotros estamos llamados a «tocar»  el sufrimiento de los demás. Vayamos al encuentro de nuestro pueblo para consolarlo y acompañarlo; no tengamos miedo de experimentar la  fuerza de la ternura y de implicarnos y complicarnos  la vida por los otros. Y, como María, permanezcamos firmes y de pie: con el corazón puesto en Dios y animados,  levantando  al que está caído, enalteciendo al  humilde, ayudando  a terminar con cualquier situación de opresión que los hace vivir como crucificados {24-9-2018}.