Misa 28 de agosto de 2022

Domingo XXII del tiempo ordinario

El que se humilla será enaltecido

Papa Francisco:: La humildad del pequeño es la de quien camina ante la presencia del Señor, no habla mal de los demás, mira solamente el servicio, se siente el más pequeño … está ahí, la fuerza. Un ejemplo claro nos puede venir si pensamos  en Nazaret: Dios, para enviar a su Hijo, mira una chica humilde, muy hu­milde, que inmediatamente hace un viaje para ayudar a una prima que lo necesitaba y no dice nada de lo que había ocurrido. La humildad es así: es caminar en la presen­ cia del Señor, feliz, alegre porque esta es la alegría de los humildes: ser mirados por el Señor. Por eso, para hacer nuestra esa actitud de exultación en la alabanza de la cual habla el Evangelio refiriéndose a Jesús, es necesario tener mucha humildad y recordar siempre que la humildad  es un don, un don del Espíritu Santo

Antífona de entrada Sal 85, 3. 5:  Dios mío , ten piedad de mi, pues sin cesar te invovo. Tú eres bueno y clemente , y rico en misericordia con quien te invoca.