Misa 17 de enero 2021

Homilía II Domingo del tiempo ordinario

Te seguiré

Papa Francisco: Como en la fiesta de la Epifanía y en la del Bautismo de Jesús, la página del Evangelio de hoy propone también el tema de la manifestación del Señor. Esta vez, es Juan Bautista quien lo señala a sus discípulos como «el Cordero de Dios», invitándolos a seguirlo. Y así es para nosotros: Aquel a quien hemos contemplado en el misterio de la Navidad, estamos ahora llamados a seguirlo en la vida cotidiana. Por lo tanto, el Evangelio de hoy nos introduce perfectamente en el tiempo litúrgico ordinario, un tiempo que sirve para animar y verificar nuestro camino de fe en la vida habitual., en una dinámica que se mueve entre Epifanía y seguimiento, entre manifestación y vocación. El relato del Evangelio indica las características esenciales del itinerario de fe, que es el itinerario de los discípulos de todos los tiempos, también del nuestro, a partir de la pregunta que Jesús dirige a los discípulos que comienzan a seguirle: «¿Qué buscáis?».

1.- Cada uno de nosotros, como ser humano, está en búsqueda: búsqueda de felicidad, búsqueda de amor, de una vida buena y plena. Dios Padre nos ha dado todo esto en su Hijo Jesús.

2. En esta búsqueda, es fundamental el papel de un verdadero testigo: de una persona que ha hecho antes el camino y ha encontrado al Señor. En el Evangelio, Juan Bautista es ese testigo. Por eso pudo orientar a sus discípulos hacia Jesús, que los involucra en una nueva experiencia diciendo: «Venid y veréis».

3.-Y aquellos dos no pudieron olvidar la belleza de este encuentro, hasta el punto que el Evangelista anota incluso la hora: «Eran alrededor de las cuatro de la tarde». Solo un encuentro personal con Jesús genera un camino de fe y de discipulado, que, en esa hora que Dios conoce, puede dar un sentido pleno a nuestra vida y hacer fecundos nuestros proyectos y nuestras iniciativas.

4.- Es necesario ir en busca del Maestro Divino e ir a donde vive. La pregunta de los dos discípulos a Jesús, «¿Dónde vives?», tiene un sentido espiritual fuerte: expresa el deseo de saber dónde vive el Maestro. La vida de fe consiste en el deseo de estar con el Señor, reavivando el encuentro con Jesús en la oración, en la meditación de la Palabra de Dios y frecuentando los sacramentos para estar con él y dar fruto gracias a él, a su ayuda, a su gracia. Buscar a Jesús, encontrar a Jesús, seguir a Jesús: este es el camino (14-1-2018).