Misa 15 de agosto 2020

La Asunción de la Virgen María

María se puso en camino

La Asunción al cielo, en alma y en cuerpo, es un privilegio divino dado a la Santa Madre de Dios por su particular unión con Jesús. Se trata de una unión corporal y espiritual, iniciada desde la Anunciación y madurada en toda la vida de María a través de su participación singular en el misterio del Hijo.  María siempre iba con el Hijo: fue su primera discípula. La existencia de la Virgen se desarrollo como la de una mujer común de su tiempo: rezaba, gestionaba la familia y la casa, frecuen- taba la sinagoga … Pero cada acción diaria la hacía siempre en unión total con Jesús. Y en e Calvario esta unión alcanzó la cumbre en el amor, en la compasión y en el sufrimiento de corazón. Por eso Dios le dio una participación plena en la resurrección de Jesús. El cuerpc de la Santa Madre fue preservado de la corrupción,  como el del Hijo. Estamos llamados a servir y glorificar a Dios con todo nuestro ser, alma y cuerpo. Servir a Dios solamente con . El cuerpo sería una acción de esclavos; servirlo solo con el alma estaría en contraste con nuestra naturaleza humana. En el año 220, san lreneo afirmaba que «la gloria de Dios es el hornbre vivo, y la vida del hombre consiste en la visión de Dios». Si hubiéramos vivido así, en  alegre servicio a Dios, que se expresa también en un generoso servicio a los hermanos nuestro destino, en el día de la resurrección, será como el de nuestra Madre celestial. fo. tonces se nos dará la oportunidad de realizar plenamente la exhortación del apóstol Pablo «Glorificad a Dios en vuestro cuerpo» (1 Cor 6, 20), para siempre en el cielo. PAPA FRANCISCO