Misa 1 de abril 2021

SANTO TRIDUO PASCUAL
Jueves Santo de la Cena del Señor

  Los amó hasta el extremo

Papa Francisco: La Eucaristía/ el servicio, la unción. La realidad que vivimos hoy en esta celebración: el Señor que quiere permanecer con nosotros en la Eucaristía. Y nosotros nos convertimos siempre en sagrarios del Señor; llevamos al Señor con nosotros, hasta el punto de que él mismo nos dice que si no comemos su cuerpo y bebemos su sangre, no entraremos en el Reino de los Cielos. Este es el misterio del pan y del vino, del Señor con nosotros, en nosotros, dentro de nosotros. El servicio. Ese gesto que es una condición para entrar en el Reino de los Cielos. Servir, sí, a todos.  Pero el Señor, en aquel intercambio de palabras que tuvo con Pedro (cf. Jn 13,6-9), le hizo comprender que para entrar en el Reino de los Cielos debemos dejar que el Señor nos sirva, que el Siervo de Dios sea siervo de nosotros.  Y esto es difícil de entender.  Si no dejo que el Señor sea mi siervo, que el Señor me lave, me haga crecer, me perdone, no entraré en el Reino de los Cielos. Y el sacerdocio. Hoy quisiera estar cerca de los sacerdotes,  de todos los sacerdotes,  desde el recién ordenado hasta el Papa. Todos  somos sacer­ dotes: los obispos, todos… Somos ungidos/ ungidos por el Señor; ungidos para celebrar  la Eucaristía, ungidos para servir. Hoy no hemos tenido la Misa Crismal. No puedo dejar pasar esta Misa sin recordar a los sacerdotes. Sacerdotes que ofrecen su vida por el Señor, sacerdotes que son servidores.  En estos días, más de sesenta han muerto aquí, en Italia, atendiendo a los enfermos en los hospitales, juntamente con médicos, enfermeros, enfermeras… Son «los santos de la puerta de al lado», sacerdotes que dieron su vida sirviendo. Y pienso en los que están lejos {9-4-2020}.