Domingo XXIV del tiempo ordinario

Misa 12 septiembre 2021

  El que pierda su vida por mí y por el Evangelio la salvará

Papa Francisco: En el pasaje evangélico de hoy vuelve la pregunta que atraviesa todo el Evangelio de Marcos: ¿Quién es Jesús? Antes de interpelar directamente  a los Doce, Jesús quiere escuchar de ellos qué piensa de él la gente: «¿Quién dice la gente que soy yo?».  Pero el Señor quiere que sus discípulos de ayer y de hoy establezcan con él una relación personal, y así lo acojan en el centro de sus vidas. Por esto los exhorta a ponerse con toda la verdad ante sí mismos y les pregunta: «Y vosotros, ¿quién decís que soy yo?». Jesús, hoy, nos vuelve a dirigir esta pregunta tan directa y confidencial a cada uno de nosotros: «¿Tú quién dices que soy? ¿Quién soy yo para ti?».  Puede sucedemos a nosotros lo mismo que le sucedió a Pedro, y afirmar con entusiasmo: «Tú eres el Mesías». Cuando Jesús les dice claramente que su misión se cumple no en el amplio camino del triunfo,  sino en el arduo sendero del Siervo sufriente, humillado, rechazado y crucificado, entonces puede sucedemos también a nosotros como a Pedro, y protestar y rebelarnos porque eso contrasta con nuestras expectativas mundanas.  En esos momentos, también nosotros nos merecemos el reproche de Jesús. Hermanos  y hermanas, la profesión de fe en Jesucristo no puede que­ darse en palabras,  sino que exige una vida marcada por el amor de Dios, una vida grande, con mucho amor al  prójimo. Jesús nos dice que, para seguirle, se necesita negarse a uno mismo, es decir, los pretextos  del propio orgullo egoísta, y cargar con la cruz {16-9-2018}.

¿Quién es hoy Jesús para nosotros, los cristianos? Si no volvemos a Jesús con más verdad y fidelidad, nuestra respuesta seguirá perdiendo credibilidad. Jesús debe ser la clave, el fundamento y la fuente de todo lo que somos, decimos y hacemos. Fray Alfonso Esponera Cerdán O.P.